EL BAUTISMO EN AGUA

Un “sacramento” es un acto mediante el cual el creyente manifiesta su relación
con Dios.
La palabra “sacramento” proviene del latín “sacramentum” que, a su vez, proviene
de la unión de dos raíces latinas: “sacrare” (verbo que significa “hacer santo”) y
“mentum” (que significa “instrumento o medio para»). Por tanto, la palabra
“sacramento” gramaticalmente significa “instrumento para hacer santo”.
En el presente estudio nos detendremos sobre uno de los sacramentos
comúnmente aceptados dentro del cristianismo, tanto por católicos como por
protestantes (estos últimos en sus diversas denominaciones) y es el sacramento
del “bautismo en agua”.
Veremos lo que el “bautismo en agua” represento al inicio de la iglesia y
analizaremos si este sacramento hoy tiene alguna relevancia en términos
espirituales.
Comenzamos
El Espíritu Santo viene, como mínimo, dos veces sobre una persona:
1) al ser salvos, es decir, al oír el evangelio de la salvación con fe (Gálatas,
3:2; Efesios, 1:13-14); y
2) al ser bautizados en el Espíritu Santo (Mateo, 3:11): este “bautismo en el
Espíritu Santo” (prometido por Jesús en Hechos, 1:8 y cumplido en Hechos,
2:1-4), no es para salvación sino para recibir poder y ser equipado con
algunos de los nueve dones del Espíritu Santo (1 Corintios, 12:8-10), siendo
una señal distintiva de haber recibido este bautismo especial el “hablar
nuevas lenguas”;

Los primeros que recibieron el Espíritu Santo con fines de salvación fueron los
apóstoles y ocurrió cuando un Cristo resucitado soplo sobre ellos:
Juan, 20:22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.
Algunos sostienen que la iglesia nació cuando el soldado romano atravesó con
una lanza el costado del Señor, de donde salió sangre y agua:
Juan, 19:34 Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al
instante salió sangre y agua. 
Otros (con quienes estamos de acuerdo) sostienen que la iglesia nació aquí, en
Juan, 20:22, cuando el Señor soplo sobre los apóstoles para que recibieran el
Espíritu Santo.
Pero la promesa del Espíritu Santo con fines de bautismo la dio Jesús en:
Hechos, 1:8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu
Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo
último de la tierra.
Y se cumplió en:
Hechos, 2:1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes
juntos. 2:2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que
soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; 2:3 y se les
aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de
ellos. 2:4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras
lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
Cabe destacar que la promesa del bautismo en el Espíritu Santo sigue vigente hoy
día para todos los cristianos miembros de la iglesia de Jesucristo.
El comienzo
Cuando la iglesia comenzó, Dios uso a los Apóstoles (Pedro, Santiago, Juan, etc.).
Los gentiles (los no judíos), por entonces, no estaban incluidos, siendo la
salvación solamente para los judíos. Así lo declara Jesús cuando una mujer
cananea le ruega por su hija, que estaba siendo atormentada por un demonio:
Mateo, 15:24 El respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de
la casa de Israel.
El énfasis estaba puesto en QUIEN era Jesús, en su nombre y en el bautismo en
agua:
Hechos, 2:38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el
nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu
Santo.

Es decir, el perdón de los pecados y el Espíritu Santo (por primera vez) se recibían
por inmersión en las aguas.
El cambio de paradigma
Pero hubo, en el medio, un cambio de paradigma, como lo muestra el Libro de los
Hechos de los Apóstoles, motivado, básicamente, por dos acontecimientos:
[1] el rechazo del Mesías, por parte de los judíos; y
[2] la vuelta de Dios a los gentiles (como consecuencia de lo anterior);
El Libro de los Hechos de los Apóstoles (escrito por Lucas como complemento de
su evangelio), es un libro de transición entre los llamados “evangelios sinópticos”
(Mateo, Marcos, Lucas y Juan) y las cartas (epístolas) de Pablo. No por capricho
el Libro de los Hechos esta puesto, dentro del canon, entre esos libros.
Dentro del Libro de los Hechos de los Apóstoles (que ya es una bisagra en si
misma), a su vez, hay un capitulo (bisagra de bisagras) que es Hechos, 15, donde
se celebró el famoso “Concilio de Jerusalén”. ¿Qué se discutió en este Concilio?.
Que se necesita para ser salvos, nada más y nada menos. Y podemos ver cómo
tanto Pedro primero (Hechos, 15:7-11) y Santiago luego (Hechos, 15:13-29) se
encolumnan detrás del evangelio que el Señor revelo a Pablo.
El rechazo del Mesías y la vuelta de Dios a los gentiles
A pesar de que, según vimos en Mateo, 15:24, el Mesías había venido solo para
Israel, Jesús fue rechazado por los judíos en no menos de tres ocasiones:
[1] el rechazo de Juan el Bautista:
Los líderes religiosos de Israel (fariseos y saduceos) estaban enfrentados con
Juan el Bautista:
Mateo, 3:7 Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su
bautismo, [Juan] les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la
ira venidera? 3:8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento,
Llegando a acusarlo de tener demonios, como luego hicieron con Jesús:
Lucas, 7:33 Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y decís:
Demonio tiene. 7:34 Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: Este es
un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores.

[2] el rechazo de Jesús como Mesías:
Los judíos rechazaron abiertamente al Mesías, exigiendo su crucifixión:
Mateo, 27:22 Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Todos
le dijeron: ¡Sea crucificado! 27:23 Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha
hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea crucificado! 27:24 Viendo
Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó
las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este
justo; allá vosotros. 27:25 Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea
sobre nosotros, y sobre nuestros hijos. 
[3] la muerte de Esteban:
Esteban acuso a los judíos (a sus líderes religiosos) de resistir al Espíritu Santo:
Hechos, 7:51 ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros
resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.
Y fue apedreado:
Hechos, 7:58 Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos
pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo. 7:59 Y
apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi
espíritu. 7:60 Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en
cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió. 8:1 Y Saulo consentía en su
muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en
Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo
los apóstoles. 
Rechazado el Mesías por Israel, Dios se volvió a los gentiles (no judíos), como
bien profetizo Amos:
Amos, 9:11 En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus
portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado; 
9:12 para que aquellos sobre los cuales es invocado mi nombre posean el resto de
Edom, y a todas las naciones, dice Jehová que hace esto.
Esto puede verse claramente en el Libro de los Hechos:
[+] En Hechos, 8:26 y ss. podemos ver la salvación del etíope eunuco (un gentil),
guiado por Felipe;
[+] En Hechos, 9 se nos relata la conversión de Saulo (Pablo), a quien Dios
levanto como apóstol a los gentiles;
Romanos, 11:13 Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a
los gentiles, honro mi ministerio,

[+] En Hechos, 10 y 11 se nos relata la conversión de varios gentiles (incluido
Cornelio, el centurión romano) solo por creer;
El evangelio revelado a Pablo
Pablo no aprendió su evangelio de ningún hombre, sino que le fue revelado por
Jesucristo:
Gálatas, 1:11 Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí,
no es según hombre; 1:12 pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino
por revelación de Jesucristo.
Y una vez recibida la revelación, Pablo fue y les predico a los apóstoles:
Gálatas, 2:1 Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con
Bernabé, llevando también conmigo a Tito. 2:2 Pero subí según una revelación, y
para no correr o haber corrido en vano, expuse en privado a los que tenían cierta
reputación el evangelio que predico entre los gentiles. 
¿Y qué es lo que le fue revelado a Pablo?.
Entre otras cosas:
[+] A Pablo le fue revelado el Evangelio:
1 Corintios, 15:3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí:
Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 15:4 y que fue
sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;
El énfasis ahora está puesto en lo QUE hizo Cristo en la Cruz: que murió por
nuestros pecados, fue sepultado y resucito al tercer día. Ya no somos salvos por
el bautismo en agua sino por la fe en lo que Cristo hizo en la cruz:
Efesios, 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de Dios; 2:9 no por obras, para que nadie se gloríe. 
[+] A Pablo le fue revelado que el Espíritu Santo mora en el creyente:
1 Corintios, 3:16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios
mora en vosotros?
1 Corintios, 6:19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el
cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 
6:20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro
cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. 
Fuimos comprados por precio y el precio pagado fue la sangre de Cristo:
1 Pedro, 1:18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la
cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o

plata, 1:19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha
y sin contaminación, 

Ya no es el agua del bautismo sino la sangre de Cristo la que limpia los pecados.
[+] A Pablo le fue revelado que el Espíritu Santo se recibe por la fe:
Gálatas, 3:2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las
obras de la ley, o por el oír con fe? 
[+] A Pablo le fue revelado que el Espíritu Santo, además, es sellado en el
creyente por haber oído con fe el Evangelio (1 Corintios, 15:3-4):
Efesios, 1:13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el
evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el
Espíritu Santo de la promesa, 1:14 que es las arras de nuestra herencia hasta la
redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
Y no solamente Pablo recibió su evangelio por revelación directa de Jesucristo,
sino que, además, Pablo fue el puso los fundamentos doctrinales de la iglesia:
1 Corintios, 3:10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como
perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire
cómo sobreedifica. 3:11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que
está puesto, el cual es Jesucristo. 
Y, por si esto fuera poco, Pablo “blindó” (protegió) su evangelio con la siguiente
maldición:
Galatas, 1:7 No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren
pervertir el evangelio de Cristo. 1:8 Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os
anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.
En ninguno de sus escritos Pablo menciona jamás el bautismo en agua como
requisito para alcanzar la salvación.
La evolución del pensamiento de Pedro
Pongamos atención, ahora, en cómo evoluciona el pensamiento de Pedro:
Al principio:
Hechos, 2:38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el
nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu
Santo.
Al final:

1 Pedro, 1:18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la
cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o
plata, 1:19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha
y sin contaminación, 
Hechos, 15:11 Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús [los judíos]
seremos salvos, de igual modo que ellos [los gentiles]. 
Qué evolución de Pedro ¿verdad?. De ponderar, al principio, el “bautismo en agua
para el perdón de pecados”, a exaltar, luego, la “sangre preciosa de Cristo” y la
“gracia del Señor Jesús” para ser salvos.
Evolución:

Conclusión
Desconocemos si el bautismo en agua, que sigue siendo practicado en la mayoría
de las iglesias evangélicas, tiene alguna otra consecuencia espiritual. De lo que si
estamos seguros es que, desde que Pablo dejo por escrito lo que le fue revelado
por el Espíritu Santo, el bautismo en agua ya no es necesario ni para el perdón de
pecados, ni para ser salvos, ni para recibir al Espíritu Santo.
Bautizarse en agua, como hemos visto, no agrega nada. Tampoco quita. Quien
quiera bautizarse en agua que lo haga, pero que tenga claro que la salvación no
proviene de sumergirse en una pileta llena de agua sino por creer en el evangelio
que Jesucristo revelo a Pablo:
1 Corintios, 15:3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí:
Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 15:4 y que fue
sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras.